¿Somos dependientes de la tecnología?

febrero 21, 2018

Imagen


La tecnología va aumentando y cambiando a medida que pasa el tiempo, y nosotros con ella. Los ordenadores, televisores, móviles, tablets, etc., nos han hecho la vida más cómoda y fácil, pero cada cosa tiene sus ventajas y desventajas. No hay duda de que vivimos en la era tecnológica. Para cualquier actividad de nuestro quehacer diario, requerimos en gran porcentaje de algún sistema tecnológico.

Si vamos a caminar o a hacer deporte, debemos llevar con nosotros nuestro teléfono móvil, como si la vida dependiera en algún momento de ello. Prácticamente todo lo que nos rodea es tecnológico y  su uso ha crecido en la última década de manera trascendental, al igual que nuestra dependencia.

No tener un teléfono móvil es casi imposible de imaginar en nuestra sociedad actual. El 80% de las acciones que realizamos en el día a día tienen que pasar por el uso de algún dispositivo electrónico, desde el buscar trabajo, el asistir a una charla o el conversar con amigos que no podemos ver.

Son evidentes las grandes ventajas que aportan la era tecnológica, pero poco nos preocupamos de las desventajas sociales que han creado: las relaciones interpersonales no son como antes, la gente que no puede acceder a las tecnologías quedan excluidas en gran parte por el sistema social, el esfuerzo intelectual es cada vez menor, etc.

La educación es uno de los sistemas en los que más se ha acentuado el uso de las tecnologías. Todo funciona a través de ordenadores e internet (envío de trabajos, contactos con los profesores, videoconferencias, educación a distancia, apuntes por ordenador...)


La tecnología de algún modo nos separa de las personas. Cada vez es más difícil, sobre todo entre los adolescentes, el expresar sentimientos a la cara. Sentirnos más seguros al otro lado del ordenador o del teléfono nos hace que perdamos ciertas habilidades sociales, discutamos de manera más fácil y que nos resulte más fácil criticar o herir a los demás.

El ser tan dependientes a las tecnologías hace también que aumenten ciertas formas de violencia de género que antes no existían (discutir cuando leen los mensajes y no responden, controlar los mensajes de tu pareja, tener una mayor localización, celos de las amistades en las redes sociales, etc.).






Desde hace relativamente poco tiempo, se están empezando a realizar estudios sobre la adicción al móvil. Aunque no existe una categoría expresa en el Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales que catalogue el excesivo uso del móvil como un trastorno de la adicción, sí es cierto que existen características con las que se comparten grandes similitudes con otros trastornos como pudiera ser el de dependencia de sustancias. El síndrome de abstinencia, la tolerancia y la pérdida de control por no usarlo, son algunas de las características compartidas por ambos.
Se conoce como Nomofobia, miedo irracional a salir de casa sin el móvil o no llevarlo con nosotros. El grado de ansiedad y malestar excesivo que estas personas pueden llegar a sufrir cuando su móvil está apagado, fuera de cobertura, sin batería o lo olvidan en algún lugar, es alta, y supone tal conflicto en su persona, como para manifestar intranquilidad en un lugar, e incluso volver a casa por él, como consecuencia del estrés que les genera saber que estarán desconectados por un tiempo.
Por último, les dejamos con un test que evalúa la dependencia del uso de teléfonos móviles. 

También te puede interesar

0 comentarios

Publicaciones populares

Flag Counter